Por: Nelson Vargas.
PERFIL
Estando en el Campeonato Mundial de Curso Corto de Abu Dhabi, me vuelvo a dar cuenta del daño tan grande que han hecho una federación, su presidente y el ayudante de éste, a la natación mexicana. Vamos a olvidarnos del
aspecto jurídico y económico (de corrupción), en los que también han perjudicado y que incluso son tema de una indagatoria por parte de la Unidad de Investigación Financiera.
También han dañado a este deporte, y lo más grave es porque hay una camada de atletas perdida por la ineficiencia de estos hombres que acabaron con los sueños de varios nadadores. Por ejemplo, hay que recordar lo difícil que fue clasificar a Juegos Olímpicos, lo que solamente tres nadadores lograron: Melissa Rodríguez, Gabriel Castaño y Ángel Martínez. Muchos otros se quedaron cerca (como Jorge Iga y Ricardo Vargas), parte de una camada que podría
haber durado mínimo hasta el ciclo olímpico que terminará en París 2024.
Sin embargo, nuestra generación de oro, que arrasó en los Centroamericanos de Barranquilla 2018 y tuviera un gran papel en Panamericanos de Lima 2019, se encuentra desilusionada y los federativos le siguen dando duro. En
este Campeonato Mundial, he visto cómo otros países han avanzado, mientras el nuestro continúa rezagado y difícilmente volveremos a hacer lo que sucedió en el pasado ciclo olímpico, y todo eso se lo debemos a las autoridades deportivas de nuestro país, que deberían poner orden y corregir todas las anomalías que existen
en en la federación, aún cuando la FINA ha pedido que se mejoren las cosas. Hay un grupo que está perdido, pero que sigue luchando.
Los que más se han salvado son los que han logrado tener un contacto en la natación internacional, como Héctor Ruvalcaba y Ángel Martínez, quienes son parte de uno de los equipos de la Liga Mundial de Natación. Todos los demás andan perdidos, sin la guía de quienes deberían velar por sus intereses.
La natación de México está al borde del colapso por culpa de estos pésimos funcionarios, que no piensan en sus atletas y sólo quieren beneficiarse sin pensar en el daño que han hecho en el estado anímico de los nadadores, de las familias, de la gente que sí se preocupa por estos chicos. Los muchachos están abandonados y
eso claro que afectará en este ciclo olímpico, en el que vendrá el Campeonato Mundial y se verá este abandono traducido en pobres resultados; lo mismo para los siguientes Centroamericanos y Panamericanos.
Ojalá que me equivoque, pero como están las cosas, no se ve un futuro prometedor. Por eso es que lo hecho por Ángel Martínez en Abu Dhabi, en donde se ubicó en la séptima posición de la final de 200 metros mariposa —compartiendo piscina con los mejores nadadores del mundo y sumando 902 puntos FINA—, es un oasis
en medio del desierto en que los federativos han convertido a nuestra natación.