Por Psic. Diana Sosa. Especialista en Trastornos de la Alimentación, Sobrepeso y Obesidad.
El nuevo etiquetado en los alimentos empaquetados es ya una realidad. Cada vez son más los productos en las tiendas de autoservicio y supermercados que lo llevan marcado y esto es una gran ventaja para los consumidores.
Primeramente va a dar una idea de la calidad del alimento que se va a consumir. Muchas veces ignoramos de qué está compuesto cada producto y nos dejamos llevar por olores y sabores que son agradables a la vista y al gusto. Esto nos lleva a adquirir alimentos sin tomarnos la molestia de leer el etiquetado, que la mayoría de las veces viene en la parte posterior del producto, en letras demasiado pequeñas y en términos que no todos comprenden.
El nuevo etiquetado tiene que ir en la parte anterior, debe ser visible, claro y directo. Si bien no va a estar explicado en su totalidad, nos hará saber si lo que vamos a comprar es alto en grasa o sodio, tiene exceso de calorías, contiene azúcar en elevadas cantidades y si no es recomendable para consumo de los niños.
La intención de ésta medida llega al país en un momento oportuno: tiempo donde abunda la obesidad infantil y adulta y toda la gama de enfermedades alternas como la diabetes y la hipertensión (sin olvidar que las personas con los padecimientos mencionados son el blanco principal del Covid-19). Su objetivo es alertar y causar conciencia sobre el consumo de los alimentos procesados y los daños que podría causar a la salud si se ingieren constantemente y en grandes cantidades.