Por: Psicóloga Diana Sosa, miembro del Claustro Docente de la World Boxing Council University.
El cerebro es el órgano más importante del cuerpo humano. Es el encargado de absolutamente todas las funciones que se desempeñan. Está diseñado para pensar y anatómicamente protegido por el cráneo (hueso) y por el líquido cefalorraquídeo (que sirve como “amortiguador” ante un golpe) .
Imagina todo lo que acontece cuando un boxeador recibe golpes en la cabeza, ya que un gran porcentaje de éstos, van directamente a esa zona. Es inevitable que en muchas ocasiones existan consecuencias de algún tipo, sobre todo en la vista, en el habla y en funciones motoras. Como lo mencionamos anteriormente, el cerebro está hecho para pensar y no para recibir golpes de manera reiterada.
Si bien es incierto qué daños puede causar en cada uno de los boxeadores es ineludible que se presenten en muchos casos, ya que una de las características principales del boxeo como deporte de combate es el “castigo físico” y por ende habrán consecuencias que generalmente aparecen a largo plazo.
¿Cuál es la mejor manera de proteger al cerebro de algún tipo de daño en el boxeo? lo más importante es siempre asesorarse con un profesional de la salud en caso que el peleador note alguna anomalía o disfunción en su manera de pensar, reaccionar, hablar, ver e incluso caminar o realizar cualquier actividad motriz.
Es importante también evitar o paliar los daños que pudieran presentarse con las siguientes recomendaciones.
La más importante es seguir al pie de la letra las reglamentaciones dictadas por comisiones u organismos como el World Boxing Council (WBC), donde se hace énfasis en la preservación de la salud y la vida del peleador al seguir ciertas medidas como por ejemplo: no pelear cuando el médico lo indique o cuando el boxeador se sienta enfermo, hacer buen uso del equipo de protección durante los entrenamientos (protector bucal y careta), la vigilancia y actuación del referi ante los golpes prohibidos en las peleas (“golpes de conejo” que van en la nuca), asegurarse que los vendajes sean legales, aceptar peleas con rivales en igualdad de condiciones y sin desventaja alguna y tener personal médico capacitado para una atención previa, inmediata y posterior a las peleas, en caso de presentarse emergencias.
La otra recomendación tiene que ver con evitar el uso de sustancias prohibidas en el dopaje, ya que este tipo de sustancias muchas veces causan irregularidades en la función eléctrica cerebral, además de alterar el sistema nervioso central (compuesto por las neuronas (sensoriales y motoras) del encéfalo y la médula espinal mismas que provocan las respuestas precisas a los estímulos que el cuerpo recibe.
Para finalizar, es muy importante que el boxeador sea consciente de la importancia de tener hábitos de alimentación y sobre todo de hidratación adecuados, ya que el cerebro no responde de manera óptima en un estado de mala nutrición (pudiera fallar la atención y concentración arriba del ring) y al estar deshidratado recibe los golpes de una manera más directa y contundente al estar “seco” de líquido cefalorraquídeo.