Por: Psicóloga Diana Sosa.
Ya es un hecho la reapertura de gimnasios en la CDMX. Sin duda esta decisión emitida por el Gobierno de la Ciudad, beneficia más que nada a los propietarios, maestros, instructores y entrenadores que en ellos laboran, ya que sus ingresos se vieron mermados durante los 6 meses que forzaron su cierre por prevención al alto índice de contagios.
Poco a poco las actividades que faltan, irán reintegrándose a la apertura. Si bien los contagios y los decesos no han cesado, la realidad es que la situación económica es la que está forzando a la reactivación. Sin embargo, ahora se sabe más acerca del Covid-19 que hace 6 meses que se supo el primer caso de contagio en nuestro país. Así que la información que se posee acerca del virus y sus medios de contagio, propagación, la manera de evitarlo y las medidas de cuidado e higiene fuera del hogar, nos ponen un paso delante de ventaja para poder realizar nuestras actividades cotidianas sin temor a enfermarnos.
Estar enclaustrados ha provocado ansiedad, cambios drásticos en la alimentación e incremento en casos de violencia familiar debido al confinamiento y falta de actividad física. Sin embargo, ahora hay que estar al pendiente de las nuevas manifestaciones psicológicas y emocionales de volver a realizar actividades en lugares que antes permanecían cerrados y que son foco alto para riesgo de contagio (como los gimnasios): estrés por infectarse, pensamientos recurrentes y persistentes acerca de adquirir la enfermedad en cualquier sitio, temor de tocar cualquier superficie, ansiedad de limpieza y desinfección por riesgo al tocar los aparatos y miedo al contacto con las demás personas.
Lo ideal para aminorar la ansiedad de contagio y para preservar la salud es seguir al pie de la letra las indicaciones que emitió el gobierno de la ciudad de México ante la reapertura de gimnasios, no dejar de lavarse las manos, tener una distancia sana y considerable, usar el cubrebocas de manera correcta y si de alguna manera el gimnasio al que se asiste no cumple con los requerimientos de seguridad, es mejor no acudir, cambiarse a uno seguro o seguir entrenando en casa, ya que según el Dr Alejandro Macías* “al ejercitarse, un portador del virus jadea y lanza grandes cantidades de virus y un gimnasio sin precauciones es muy peligroso”.
*encargado del área de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Departamento de Medicina y Nutrición de la Universidad de Guanajuato