El icono de la lucha libre profesional Vampiro Canadiense acaba de anunciar la emisión de un reality show que él mismo estará rodando durante los próximos dos años, para conocerlo de una forma inédita y mostrándose tal cual es, para dar cuenta de su salida de los cuadriláteros al tiempo que se concentra en su carrera musical y en diversas actividades que él mismo ya realiza después de la lucha libre. Y es que como artista, Vampiro está en un punto de su carrera en el que se entusiasma tocando en el escenario como DJ o músico enfocado en tres increíbles proyectos que han entusiasmado y divertido a todos los que han tenido oportunidad de vivirlo junto a él.
Para Vampiro en estos momentos el más importante es su proyecto musical en el que convergen los géneros industrial, electrónico y nü metal, con un concepto que él mismo ya había concebido hace años y que le permitió crear este personaje de Vampiro, con el que se enfundará como el showman de la banda DROCH FHOULA (se lee como “drok fola”), que es un nombre celta para Vampiro y que también significa “sangre contaminada con maldad”.
Además la serie de entrevistas que ha hecho está siendo editada y estará lista muy pronto, mientras que el reality show en el que estará generando contenido constante representa su oportunidad para que, donde quiera que vaya en el mundo, la gente pueda vivir esa parte de la vida de Vampiro de una forma divertida, en el que estará presente la lucha libre, la música, fiestas en los antros y bares locales, conferencias e incluso haciendo investigaciones paranormales.
Ian Hodgkinson, mejor conocido como Vampiro se encuentra listo para iniciar la mejor etapa de su vida, viviendo con plenitud una serie de proyectos y emprendimientos que son fruto de su trabajo, constancia, disciplina y por supuesto, de su rebelión y autenticidad, tanto en la esfera pública como en la privada. De un espíritu genuinamente altruista y dedicado para apoyar diversas causas, hasta en su empeño por ser un ejemplo de vida con su actitud, Vampiro ahora está inmerso en grandes cosas que ninguno de sus contemporáneos ha hecho y que sin duda marcará un antes y un después, entre las figuras del entretenimiento, la lucha libre y los host o anfitriones de programas de radio y podcast no solo en México, sino en todo el planeta.
Vampiro sigue su paso ascendente en una asombrosa y profunda asociación con Gustavo Castillon, que es el fundador y propietario detrás de los Estudios Guanamour, que se han encargado de dar un sentido visionario a diversos trabajos en los que han estado envueltos, construyendo brillantes carreras como la de Fanko en los últimos tiempos, así como con Live Sessions con importantes figuras de la música que han pasado por su estudio. Enfocado como un disruptor en los escenarios de todo el mundo y con varios shows en puerta, Vampiro estará demostrando toda ésa fuerza que siempre quiso transmitir y que ahora llega para consolidarlo como él mismo siempre había soñado.
El renacimiento de Vampiro ha sucedido rápido y la transición del ring a los escenarios y viceversa es oficial. Con un acuerdo hecho recientemente con AAA, comenzará el último andar de Vampiro por los rings más importantes del planeta, comenzando una gira de despedida de la lucha libre y por los próximos dos años le estará dando un emotivo “gracias” a todos esos seguidores que por décadas han hecho de él una figura relevante, insustituible del deporte espectáculo más importante de México. Convertido actualmente en doble campeón y con algunas apariciones esporádicas en las funciones más importantes de lucha libre como ha sido la Triplemanía, Vampiro está listo para irse como los grandes deben hacerlo: con honor y dignidad.
Erigido como un artista multifacético que arranca su carrera en México en los años noventa como un reconocido atleta de la lucha libre que luego lo catapultó como modelo, actor y músico, situándolo en lo más alto de los ídolos en nuestro país, Vampiro Canadiense, como fue conocido en su primer etapa en México, está listo para afrontar lo que él mismo ha llamado “la lucha más importante de su vida”, para así estar “Celebrando la victoria… porque para mí no hay imposibles”. Ahora le creemos.